A los ocho meses de embarazo decidí escribirle un diario a mi pequeñín con los propósitos de desahogarme y también de crear para él una especie de álbum a través de mis palabras.
Mi pasión por la escritura me llevó de manera natural a este fin y la falta de recuerdos, tanto impresos como en mi memoria, alentaron mi deseo de darle a conocer a mi tesoro los principales rasgos de su personita y también de la mía. Perdí a mi madre a los 7 años y sé muy bien lo que tener escasas evocaciones suyas significa, por ello, no quiero que eso le pase a mi hijo. Quiero que, cuando yo no esté, él pueda recordarme a través de mis escritos.
En esta especie de diario que, en marzo del 2014 estrené, he escrito de todo, desde sus primeros pasos hasta mis temores más profundos, fundamentados en el instinto más básico de cualquier madre. Le hablo pues, de las ambigüedades que siento, del amor tan infinito que le profeso y, que todavía ahora me sorprende; de su evolución y de sus trastadas que como niño que es, va haciendo día sí y día también. Me avanzo en el tiempo y le pido que me perdone si no he sido la mejor madre del mundo y le confieso mi condición humana capaz de tropezar con la misma piedra dos, tres y cuatro veces. Lloro mientras escribo situaciones que nunca querría que llegaran, pero que sé, por experiencia, que podrían ocurrir. No le escondo mis miedos porque ellos son parte de mi, no camuflo mis errores porque solo así se aprende. En este su diario nos muestro tal cual, sin filtros ni retoques. Fotografío así, de la mejor manera que sé, la vida de mi pequeño a través de mi mirada. Una mirada de madre enamorada que lo observa con suma atención.
Recuerdos
Tal y como bien decía el poeta y dramaturgo francés Paul Géraldy “Llegará un día que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza.” (lo he buscado en Internet, confieso que no sé quién es este buen hombre). Exactamente eso son para mí los recuerdos, son junto con nuestros seres queridos nuestro mayor tesoro. Por ello, intento que a mi hijo no le falten estas hermosas remembranzas de su infancia, porque además de hacerle gracia creo que en un futuro también le ayudarán a entenderse a si mismo.
Soy de guardar experiencias y anécdotas, de ahí mi idea de hacerle un diario y de escribirle cuentos. Como por ejemplo, el álbum de fotos personalizado que le confeccioné, en su segundo aniversario. En él pretendí plasmar sus rasgos más característicos y también los de sus amiguitos y amiguitas. En este artículo, escrito en catalán, muestro el resultado final. Asimismo, anteriormente, diseñé un cuento personalizado al 100% para un buen amiguito suyo que, al igual que mi retoño, cumplía dos años, aunque un poco antes.
No soy la única
No he inventado nada nuevo, aunque me hubiera gustado. Son muchas las mamás y papás que antes que yo ya han ido grabando sobre el papel sus vivencias con sus pequeñines. Asimismo, existen muchos blogs en los que los progenitores muestran al mundo la gran experiencia de la maternidad y la paternidad. Algunos de los que sigo son, por ejemplo, el de Personetes Creatives o Mamá de pueblo, pero hay muchos más. En este enlace podrás encontrar un interesante listado con quince blogs recomendados para padres y madres. También hay que utilizan el dibujo como medio de expresión. Una buena muestra de ello son los diseños de Mamá Ilustrada, Supersinglemami o Papá 2.0. A través de sus divertidas ilustraciones presentan su manera de entender esta montaña rusa que es la maternidad y paternidad. Todos ellos, al igual que yo, han encontrado en el arte una vía de escape que les permite no volverse locos en esta vorágine de sentimientos encontrados.
Es por ello, que en este artículo no pretendo dar ningún consejo, sino animar a las madres y padres con inquietudes artísticas que pinten, dibujen, fotografíen, esculpan o escriban la vida de sus hijos y/o hijas porque es una precioso regalo para cuando puedan entender todo su significado y porque es también una bella manera de expresar lo que se siente durante este complejo periodo que engloba la vida de nuestros retoños.
